Caperucita Roja

¡Buenas tardes... Y una sonrisa!

¿Cómo estáis?

Hoy vamos a dar la bienvenida en el blog a los Hermanos Grimm, “padres” de muchos de nuestros Cuentos de Hadas favoritos.

Y vamos a hacerlo con “Caperucita Roja” porque, como tengo la suerte de ser una de las mejores amigas de la “Pifa Pifita, gentil pajarita” cuando la he visto esta mañana me ha revelado, en secreto, que es uno de los preferidos de muchos de los Cuentamiguitos que me siguen.

Los Hermanos Grimm utilizaron, para su versión, tres fuentes diferentes: la primera de ellas fue el propio cuento de “Caperucita Roja” de Perrault (más cruel que el de los Grimm); la segunda, una transcripción oral; y la tercera, la obra de Ludwing Tieck.

Cuentamigos, aquí tenéis “Caperucita Roja” pero, antes de irme, me gustaría dedicar esta entrada a tres de mis pequeños seguidores :) que No Temen al Lobo Feroz y que ya escuchaban mis cuentos mucho antes de que naciera este blog. Es para vosotros: Edu, Rodri y Guille <3 <3 <3

 

 

Caperucita Roja

La Bella Durmiente

 “Cuando cumplas dieciséis años, antes de que el sol se ponga, te pincharás el dedo con el huso de una rueca y morirás”

 

Rueca del Castillo de la Bella Durmiente en Disneyland, París.

 

¿Quién no ha oído esa frase antes, queridos Cuentamigos?
 

Seguro que ninguno de nosotros, fieles amantes de los Cuentos de Hadas, nos encontramos en ese grupo pues, como todos habréis adivinado, estas palabras son las que la malvada  Maléfica pronuncia delante de la cuna de la Princesa Aurora, en “La Bella Durmiente”.
 

Como la mayoría de las historias basadas en la tradición oral, existen muchas versiones de este cuento pero, sin lugar a dudas, la más conocida hoy en día es la del francés Charles Perrault, que fue en la que se inspiraron la película de dibujos animados de Walt Disney y el ballet de Chaikovski.
 

A la Bella Durmiente, además de por otras cualidades, se la conoce por su “asombrosa hermosura”: “sus cabellos son dorados, cual rayos de sol y sus labios son rojos, cual carmín”. Y, por ello, el Audiocuento de hoy va dedicado a Pit, porque su belleza siempre me ha recordado a la de la Princesa Aurora.
 

La Bella Durmiente

Los tres cerditos

¡Buenos días, queridos Cuentamigos!

¿Cómo estáis?

Espero que muy bien y que hayáis descansado.

El Audiocuento que vamos a escuchar hoy es, quizás, uno de los más conocidos de nuestra literatura y está dedicado a un pequeño Cuentamigo al que me ha dicho un “pajarito” que le gusta mucho  :) . Es para ti, Ángel <3   

Se trata de “Los tres cerditos” o, como dicen en Latinoamérica, “Los tres chanchitos”.

Este cuento es una fábula de origen popular y, aunque las primeras ediciones escritas datan del siglo XIX, se cree que mucho antes ya se difundía oralmente.

¿Lo escuchamos juntos?  :)

Los tres cerditos

¡Bienvenidos, Cuentamigos!

Érase una vez, en un país muy lejano...

Ay, no, ¡perdonad!

Como tengo la costumbre de comenzar así todos mis relatos, no me había dado cuenta de que esta vez no estoy escribiendo un Cuento de Hadas, sino una presentación... Así que mejor os pido, una vez más, disculpas y empiezo de nuevo…

Pero... ¿Cómo empezar?

Quizás lo primero que debería hacer es deciros mi nombre. Sí, creo que esa es la mejor forma de comenzar una presentación. Pues bien, me llamo Amarilis y os escribo desde un pequeño pero muy bonito rincón de España, que ya os revelaré más adelante (pues como en cualquier historia que pretendamos que sea interesante, la información la vamos a ir dando poco a poco, para mantener la curiosidad del lector :D).

El motivo de la creación de este blog es muy sencillo. Desde que tengo memoria me han apasionado los Cuentos de Hadas: las princesas, los castillos, las hadas madrinas... Pero, sobretodo, los Finales Felices. Y por eso hoy, veinticinco de Junio de 2016, un día como otro cualquiera, me he aventurado a comenzar este sueño. Un sueño que me encantaría que durara mucho tiempo... Y del que espero que forméis parte, ya que nada será posible sin vosotros, Cuentamigos.

Conque, si os parece, voy a dejaros ahora mi primer Audiocuento, pues es así como trataré de llegar a vosotros… A través de mi voz.

Y como siempre recomiendan empezar por lo más importante, el primer cuento que me gustaría que escucharais es “El Sastrecillo Valiente” que es el que mi padre me contaba cada noche, antes de dormir, cuando era pequeña.

Y por eso te dedico esta primera entrada, Papá… Porque gracias a ti comenzó todo.

El sastrecillo Valiente